sábado, 28 de octubre de 2023

Implosionando: un neologismo para testear las intensidades que surcan las nuevas conflictividades plebeyas en los nuevos barrios


 






Por Esteban Rodríguez Alzueta

Hay estallidos más silenciosos, anónimos, opacos, que no se dejan ver fácilmente, que no tienen prensa ni banderas, aunque igualmente surcan el subsuelo de la patria-sin-fuerzas-para-sublevarse. Una reseña de "Implosión. Apuntes sobre la cuestión social en la precariedad", de Ignacio Gago y Leandro Barttolotta.

Pertenezco a una generación que se dio manija y haciendo pogo, arengando un estribillo tribunero que hoy aparece como telón de fondo de la candidatura de Javier Milei: “Se viene el estallido, se viene el estallido…”

martes, 24 de octubre de 2023

Sostenerse en el conurbano



Desde una percepción en movimiento, desde los recorridos por el conurbano infinito obligado por los laburos y el cotidiano semanal, salen estas instantáneas sobre el clima electoral escritas por Gonzalo Sarrais Alier, autor de "Rima pa los compas. Rap, conurbano, memoria". Susurros pescados al azar (y no tanto: la escucha atenta sabe dónde apuntar) y coordenadas para pensar no solo los números y los votos sino, sobre todo, los ánimos populares y lo que se juega en estas coyunturas.

1.

Tres laburantes que pegan carteles de campaña elegían entre dos montañas, una que estaba el candidato municipal, Kicillof y Massa, y otra en la que este último no aparecía. Tenían un croquis de diferentes esquinas donde tenían distinguido  cual correspondía en cada calle.  “Tuvieron más trabajo que nunca”, le gritó uno que esperaba avanzar en aquel semáforo. 

Había un clima pre-electoral, una información sensible que se sentía estos dos meses en los recorridos semanales por el conurbano sur. Escenas, susurros, frases que salían de la nada. No era solo la información que se comentaba en la insistencia de la militancia por lo bajo. Eran frases fueras de contexto de disímiles recorridos laborales, viajes en trasporte público. Secuencias se te quedaban en la cabeza y armaban una intuición delirante: Massa gana en primera vuelta. Pero está de más decir que estamos bajo un clima inestable, que puede cambiar repentinamente los pronósticos. Una corrida del dólar que se pudo frenar de alguna manera, pero que de todos modos pego rápido en el chino, en las góndolas sin precio, etc. 

lunes, 23 de octubre de 2023

Leandro Barttolotta: “Hay que sacar al conurbano del punto de mira y llevarlo al punto de vista”

 Leandro Barttolotta es sociólogo y trabaja de docente en el conurbano bonaerense y en educación a distancia y es el autor de Saldo negativo, un libro publicado recientemente por Editorial Sudestada. La potencialidad de la crónica, como las que se vierten en este libro, es que se alejan de las construcciones de escritorio, de aquellas propuestas que dan soluciones taxativas con prismáticos y apuntes a problemas que desconocen. Obligan a quien las escribe a circular, caminar, a enlodarse, a fisgonear por calles repletas de leyendas inauditas, religiones paganas y fábulas inasibles. Con las crónicas las voces acalladas por el ejercicio de una ignorancia selectiva encuentran un canal de expresión, un cable que los conecta con el verbo y el fraseo, y así los cuerpos se materializan, las víctimas y victimarios se nombran, se conocen, se disfrutan y se padecen, dice The Walking Conurban en el prólogo. En diálogo con Sudestada, Leandro nos contó el proceso creativo y algunos detalles sobre la escritura de este libro.

Por Natalia Bericat para la web de Editorial Sudestada

Primero preguntarte por el género crónica. ¿Qué aportó en el proceso de escritura de estas historias?
Me parece que tanto el género crónica como el género ensayo, que son como dos modos de expresión de la escritura en la que uno habitualmente se siente como más cómodo, permiten como una amplitud de movimientos y como un margen mucho más amplio al momento del registro, de la percepción, de ir como tratando de registrar cierta escucha y ciertos movimientos del orden de lo sensible. Me parece que tienen algo de eso. No sé si la definición sería una plasticidad. Por eso mismo, también me parece que se discute tanto cuáles son los límites. Una discusión que no sé si tiene mucho sentido: hasta dónde crónica, hasta dónde ensayo, hasta dónde más investigación de otro tipo y demás.
Un poco en la introducción al libro, lo que digo es que en la relectura de esos textos que se escribieron a lo largo de más de diez años y por ende van mostrando también, no sé si la palabra es aprendizaje, pero sí cierta incorporación por un lado de elementos del periodismo narrativo, o sobre todo de cierto trabajo de producción más, si se quiere, periodístico. Pero me parece que cuando los textos se van sucediendo, y van también ahí intentando buscar una forma propia o conquistar un tono propio, no sé si es por cómo se dice, la deformación profesional o el registro que uno tiene tan incorporado. Yo lo pienso más como crónicas sociológicas, si se quiere, que por momentos intentan tener un tipo de registro más estrictamente periodístico. Por otro, como que rosa, o hay ahí cierta proximidad con una escritura, si se quiere, política o más de intervención pública. Ahí lo digo como momentos en que se escribe con los dientes apretados, momentos más de relajarse y hasta entretenerse y largar alguna carcajada.

Acontecimiento electoral, implosión social y cartografía popular









Por Ignacio Gago y Leandro Barttolotta

Artículo publicado en la revista Crisis, octubre de 2023.

Luego de un debate presidencial que dejó más dudas que certezas, la pregunta por lo ocurrido en las últimas PASO todavía flota en el aire y hay quienes intentan descifrar algo que se agita más allá de las pantallas y el análisis de la rosca política de palacio. En este texto, los autores del recién salido “Implosión. Apuntes sobre la cuestión social en la precariedad” (Tinta Limón) proponen coordenadas para leer lo que se agita desde abajo.


Un día a votar y luego a seguir en la tuya. En la tuya: en rebuscártela para llegar al final del día. O para sobrevivir a partir de la segunda semana cuando ya no hay más plata. O para cuidar la moneda que ganaste en el día si trabajás en la calle y estás con el moño puesto. Un día a votar y a seguir en la tuya: en todo ese gasto de energías anímicas, físicas; en esas grandes luchitas que implican mantenerse sobre la línea de flotación (¿cómo no va a ser luchar hacer malabares para llegar a ese nuevo fin de mes que es la quincena o la decena de días? ¿Qué “quietud” o “desmovilización” puede haber en medio de la guerra de la inflación?). Un día a votar y en ese mismo día (o con pocos días de anticipación) se decide qué se mete en la urna. Todos los votos valen uno y los sufragios no son instancias de reflexión ideológica ni situaciones para sentirse bien con uno mismo y cuidar el capital moral: son para ganarlas o perderlas y andá a cantarle a Gardel. Un día a votar convocado por un calendario electoral que cae en medio de una crisis económica profunda y a la que llega una sociedad cansada. Cansada antes que “derechizada” o “enojada” o “resignada” o “esperanzada” o que piensa que la clase política se está portando mal y tiene que ser castigada (tags de moda para traducir rápido lo social en códigos reconocibles, incluso la etiqueta de la Anti-Política, que no deja de ser código Político).