Okupas, diez años después… 1
“El clinamen es una desviación infinitesimal, “lo más pequeña posible”, que tiene lugar “no se sabe dónde ni cuándo ni cómo”, y que hace que un átomo “se desvié” de su caída en picada en el vacío y, rompiendo de manera casi nula el paralelismo en un punto, provoque un encuentro con el átomo que está al lado y de encuentro en encuentro una carambola y el nacimiento de un mundo, es decir, del agregado de átomos que provocan en cadena la primera desviación y el primer encuentro”
(Para un materialismo aleatorio, Louis Althusser)
“y así vez que hasta mi sombra brilla en esta ciudad…” (Rock Yugular, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota)
“Eso no es culpa de la merca Pollo. No hay nada que sea ni absolutamente malo, ni absolutamente bueno. Si vos te comés un kilo de azafrán seguramente también te va a hacer mal. Si te tomás un kilo de merca…jaja, viste que lío” (Del Chiqui al Pollo)
(Nota aclaratoria: Quien se encuentre con este texto se preguntará, ¿Por qué escribir sobre Okupas?, ¿Por qué hacerlo 10 años después? No tenemos una respuesta muy convincente; lo primero que podríamos decir es que estuvimos pensando/escribiendo sobre El puntero. Específicamente de “las representaciones” de los pibes y de La política que presenta y pone en juego El puntero. Como una cosa te lleva a la otra…nos acordamos de las ¿representaciones? de los pibes y de ¿La política? en Okupas…y para completar la cuestión digamos que Okupas nos marcó: un texto generacional, como el rock, como el fútbol…Podemos entonces hablar de algunos nosotros a través de las andanzas de los personajes de Okupas…Así que están avisados: la cosa viene medio arbitraria, pensar Okupas diez años después (2000/01-2011), pensarla en espejo con El puntero, escribir sobre un programa de culto, y –porque no blanquearlo- desparramar un poco de nostalgia…de la buena).
1. El olvido de los mandamientos sociales.
Okupas es una historia sobre la perdida de la inocencia. O mejor dicho, Okupas no es únicamente una historia, es un entramado de historias individuales y de diferentes narraciones sociales. Una de esas historias es la de la pérdida de la inocencia de Ricardo; un pibe de clase media de Caballito –un “mantenido”- al que su prima Clara le ofrece vivir temporalmente en una casona antigua del barrio de Congreso, para evitar que sea tomada. En las primeras escenas de la serie vemos el desalojo violento de los antiguos inquilinos. Desalojo que Ricardo ignora. Este silencio fundará la aventura. Eso que Ricardo no sabe, que desconoce no es solo el desalojo, sino también la realidad del mundo de los inmigrantes-inquilinos, de los chorros, de los vagos…de la calle. Okupas es la historia de la perdida de esa inocencia; es la narración de los ritos de pasaje de Ricardo -a las drogas, al mundo del hampa, a los códigos de la lleca…- Veremos como Ricardo se va curtiendo…en la calle. En su recorrido, mientras vive las experiencias callejeras va tirando de ese nudo, se va acercando al secreto, es el trayecto de su pasaje al bajo mundo…Toda la serie es el devenir de un Ricardo que va desarmando su subjetividad autogestiva, desprendiéndose de sus gestos, de sus imaginarios, de su habitus de clase, para pasar al otro lado.