viernes, 29 de septiembre de 2023

El día que libro volvió al barrio

 

Por Gonzalo Sarrais Alier

 


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Doblé casi en piloto automático y estaba Maxiking ahí fumándose un cigarro en la puerta de su casa. Hacía más de seis meses que no lo veía. Como siempre andaba sin celu, pero últimamente  había dejado de usar el Facebook, que era por donde lo podía ubicar. Hacía mucho que no sabía en qué andaba. Esa tarde había quedado con el Porte para ir al barrio a hacer unas tomas para un nuevo proyecto y de paso llevarles el libro. Pero en el camino, me desvié por la costumbre…

 

Hay algo de lo caótico y mutante del campo de juego en el que estamos metidos, que por momentos parecemos estar en medio de unas ruinas que se resetean y renacen día a día. Un suelo con sus subsuelos siempre estratificados y cambiantes de la precariedad. Pero de todos modos, en ese escenario ciertas insistencias y apuestas se mantienen a flote sin importar bien sobre qué tipo de superficie. 

Y Maxiking estaba ahí, como un dejà vu, su rostro cansado de sábado a la tarde cambió y se le armó una sonrisa cuando se vio de golpe con Rima pa los compas en la mano.

viernes, 1 de septiembre de 2023

El nudo aprieta mal

 Por Leandro Barttolotta

Artículo publicado en Tiempo Argentino, septiembre de 2023.

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Hay una paradoja recurrente en la mente de muchos intelectuales, periodistas y dirigentes al momento de pensar al conurbano bonaerense: prepotencia demográfica + espacio vacío. En un juego retórico que asimila clientelismo a caudillismo (o a alguna de sus variantes) Carlos Pagni en El nudo. Por qué el conurbano bonaerense modela la política argentina (Planeta, 2023) cita al Facundode Sarmiento para mencionar la propensión del desierto a generar jefaturas autoritarias. Ese lugar común al momento de imaginar al conurbano toca, aunque pervirtiéndola, una frase de gran potencia descriptiva en la vida cotidiana que resuena cada vez que se quiere indicar que en una zona X (desde una plaza hasta una parada de bondi hasta esas cuadras cercanas al descampado…) no hay fuerzas de seguridad o fuerzas de una sociabilidad más o menos conocida que te resguarde: “Es tierra de nadie”. Pero si el enunciado de nadie demanda, de manera implícita, alguna forma de intervención gubernamental para no quedar regalado a los riesgos del ambiente, cuando se lo utiliza desde el diagrama de Poder tiene efectos muy concretos en el imaginario político. Estar frente a una tierra de nadie (o a una “tierra arrasada”) implica, en un mismo movimiento, desertificar lo que se enuncia vacío. Pero el desierto, lo sabe la historia de nuestro país y sobre todo ese siglo XIX al que le gusta regresar al autor, es más una percepción que una geografía. Un desierto más para la nación (esta vez para su conurbano bonaerense).