Sobre algunas escenas de cuerpos juntados.
El vagón: lugar en que lo cotidiano remite a lo laboral, al agobio y al caos de transitar la ciudad en un tiempo social disciplinado. Clusters de cuerpos, una masa de músculos, pieles, cabezas, brazos, ropas, bolsos, carteras o mochilas, mp3s, celulares, DVD truchos, acero, angustias, frustraciones, y anhelos cotidianos. El vagón como un depósito de cuerpos. El galpón en donde cuerpos con los nervios en carne viva conviven amuchados. (Parecidos a nudas vidas). En el vagón, los cuerpos irradian nervios, malestares, molestias que se expulsan y se trasmiten de uno a otro, marcando el límite de soportabilidad con el otro y con uno mismo.
El pogo: También es el punto de partida es el hacinamiento de cuerpos. El lugar aquí es el recital, en donde una atmósfera mágica envuelve el aire haciendo que miles de cuerpos se desplieguen en direcciones contrarias a los rígidos y fatigados movimientos corporales cotidianos. Este es un lugar festivo, lúdico, elegido. Cuerpos juntados, pero alegres, desbordantes, movidos por el principio de la embriaguez. La música que desarma y desmiembra cuerpos individuales y los diluye en moldes más grandes.- gigantes-. Cuerpos que dejan su condición finita para expandirse en el espacio, continuándose en la liquidez del cuerpo vecino. Una marea de cuerpos hacía ninguna dirección.
La avalancha: Aquí el lugar donde se realiza es la cancha, y específicamente la popular, donde no encontramos asientos que hagan de moldes, sino una gran cantidad de escalones (de cemento o de madera) que hacen de base donde los cuerpos, se mueven para acá, se mueven para allá, marcando otro tipo de ritmos de nuestros cuerpos. Cada banda, de cada hinchada marca un ritmo de partido, y los para-avalanchas nos permiten marcar el movimiento de los cuerpos, los traspasamos, y también podemos colgar de ahí. Vemos en la avalancha cuerpos que se disuelven y se desarman en la alegría, momentos embriagantes y sagrados como en el pogo. Y no se trata solo de la presencia de alguna canción o un gol, sino de una manera de estar entre nosotros, una manera de tocarnos donde ponemos nuestros cuerpos dispuestos a desarmarse en otro cuerpo más potente y alegre.
Dos formas de hacinamiento (una el vagón y otra el par pogo-avalancha) revestidas por diferentes sentidos.
lunes, 31 de mayo de 2010
jueves, 6 de mayo de 2010
Colgados del tren
(Algunos esperan que, en cada estación, los viajantes se introduzcan en el tren para hacer de sus cuerpos un escudo humano de protección ante la imposibilidad de cerrar las puertas... y por esto, viajan colgados, rebalsando del tren, y desde ahí pueden trazar un mapa de cada viaje... Ocupan la posición de estar colgados en aquel viaje, y ponen su cuerpo en esta trama...
... Muchas veces, cuando los trenes viajan vacíos, o digamos, con pocas personas paradas, se pueden ver, todavía, algunos de esos cuerpos que viajan colgados del tren, como viajantes fantasmas, ángeles caídos que se suben a un tren sin saber de dónde viene ni a dónde va...)
... Muchas veces, cuando los trenes viajan vacíos, o digamos, con pocas personas paradas, se pueden ver, todavía, algunos de esos cuerpos que viajan colgados del tren, como viajantes fantasmas, ángeles caídos que se suben a un tren sin saber de dónde viene ni a dónde va...)
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