martes, 18 de diciembre de 2012

Reseña del broli...



Por atrevidos
Politizaciones en la precariedad
Colectivo Juguetes Perdidos

Tinta Limón Ediciones

Por Darío Semino

Este libro reúne ocho textos escritos por el Colectivo Juguetes Perdidos, un grupo de autores que desde 2007 viene elaborando ensayos que interpelan el presente desde los bordes de la cultura barrial, la experiencia de los recitales de rock, la mitología ricotera y la urgencia de significados de una generación curtida por esas movidas...



domingo, 9 de diciembre de 2012

De Pies a Cabeza Número 2

Ya se acerca noche buena, ya se acerca navidad...y otra De pies a Cabeza vamo´ todo a disfrutar...


LA REVISTA DE FUTBOL MENOS PERIODISTICA DEL MUNDO.
Extractivismo Pasional. Mecanismos de extracción de plusvalía pasional, con sus lacayos pre-cadáveres, y un combate difuso pero sostenido que dan los tráficos de vibra futbolera por abajo. ¿Hay una futbolidad clandestina ante el imperio mediático? ¿Cómo puede Fernando Niembro ser tan desagradable?
Pensando la marca Boca. ¿Se puede convertir un deseo infinito e inexplicable en un capital de mercadeo pasional? El futbol como marca global, igualador universal, ¿somos clientes de la bocha?
Canten, putos! ¿Para que vinieron? Piano y guitarra acústica, cantos de cancha versionados; música de colores, y un departamento dos ambientes tribunizado…

sábado, 24 de noviembre de 2012

En que andamos...


Encuentros de pensamientos en filmación sobre ¿Quién lleva la gorra hoy?



     A fines del año pasado junto a pibes amigos de Don Orione y con la ayuda de otros amigos que incorporaron saberes en teatro y cine, armamos un audiovisual ¿Quién lleva la gorra hoy? (capítulo 1: El mercado no pregunta). La idea era pensar en su especificidad la relación entre criminalización y mercado. La pregunta por esa gorra que circula pidiendo cabezas que la sostengan, nos continúa intrigando. En el camino nos cruzamos con compañeros de la Universidad Nacional de Quilmes y pintó un proyecto audiovisual para seguir pensando la criminalización y las violencias barriales (De las que tienen como protagonistas a la policía y a la gendarmería y como actores secundarios a los pibes, pero también, de esas violencias subterráneas, difusas, jodidas que inquietan presupuestos académicos, políticos, intelectuales). De estas composiciones, surgieron encuentros (con dinámica de taller, pero no solo) en los que junto a los pibes del Envión de Don Orione (en donde participan los pibes que conocíamos del barrio) estamos pensando y cartografiando las violencias y sus mundos.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Lectura de sábado por la noche...

A continuación las hipótesis leídas en la encantadora noche de sábado...




2001 y la separación de los redondos: ¿Agotamiento o interrupción?

En el 2001 se separan Los Redondos. Pero una cosa es la disolución de una banda por agotamiento, y otra muy diferente es cuando la banda se termina por “interrupción” o “parálisis”. La hipótesis de la interrupción en lugar del agotamiento plantea un escenario más complejo para la historia ricotera.
Porque con la separación de Los Redondos se interrumpe algo… pero esa interrupción no significó la pérdida o la evaporación de las fuerzas y de las energías ricoteras (esta noche es testimonio en vivo de esto. Por cierto, una noche que hay que recuperar…).
Se separó la banda, pero las bandas seguían y siguen activas.

martes, 2 de octubre de 2012

Notas rápidas entre el Currículum Oculto, los trabajos y los Bachilleratos Populares


Hace un tiempo nos invitaron del Bachillerato Popular Amaycha, de Hudson (http://www.colectivojuguetesperdidos.blogspot.com.ar/2012/05/amaycha-el-miercoles-pasado-1605-nos.html). Entre esa visita y los posteriores diálogos con la gente del Bachi y entre nosotros, salieron estas notas rápidas que compartimos, a modo de apuntes de una elaboración permanente…

Un cambio de pantalla. Cómo nos formamos, para qué tipo de trabajos, cómo es que las instituciones (aquellas estatales y las no estatales) se ligan a un modelo productivo, económico, de país, así como también a la sociedad, a las iniciativas de la población, a las diferentes movidas sociales y políticas…
Podemos ver, como muchos nostálgicos que extrañan los Industriales, una degradación… “Ya los colegios no son lo que eran, no sirve, no se enseña nada, no sirve lo que enseñan…”. No discutiremos el nivel de verdad de esas frases, ni su sentido. Pero también podemos ver la mutación no como una degradación o un paliativo sino como nuevas formas institucionales, nuevas formas pedagógicas, más a tono con lo que una época requiere, más a tono con lo que se puede hacer en/de las condiciones de vida actuales. Un bachillerato popular, con programas permeables a las necesidades de los pibxs y adultos que concurren, con docentes ávidos de nuevas formas de aprender y enseñar, nuevas temáticas y problemáticas, etc., son formas positivas y “productivas” de trabajar, de educar y de aprender… los conocimientos y prácticas que aprendemos en una institución así son tan útiles como, por poner un ejemplo tosco pero ilustrativo, aquellos que se impartían en el colegio industrial que muchas veces se extraña o a cuya ausencia se culpa de la “incapacidad” de los pibes que salen de la escuela… (lo de “Industrial” es un ejemplo).

La escuela en todos lados. Las instancias de aprendizaje hoy no se encuentran solo en la escuela o el colegio. Seguramente nunca se aprendió solo en la escuela, pero sí es verdad que la “ficción” escolar, o la imagen de la escuela como institución social eficaz, hoy hace agua por todos lados. Desde los contenidos hasta lo edilicio, pasando por la subjetividad del docente y del alumno. Aprendemos en las changas y trabajos, en los clubes, en los tiempos libres, en los recitales o canchas, en los “galpones” escolares, o en los recreos de las escuelas “que funcionan”. De vuelta, siempre se aprendió en esos lugares e instancias, pero al menos ese aprendizaje no estaba ligado –en el relato, en el imaginario, etc. – a lo que era socialmente  útil aprender, a lo legitimado… Hoy, en definitiva, la forma de vida que llevamos nos proporciona una información que no dejamos de lado nosotros a la hora de trabajar o buscar un empleo, por ejemplo, y que, y he aquí la paradoja, tampoco dejan de lado quienes nos emplean.

Bachilleratos populares. ¿Cómo pensar en este marco a los Bachilleratos Populares? ¿Qué se aprende en un BP? Una institución armada en y desde la precariedad, pero entendiendo la precariedad no como falta de recursos, o provisoriedad, sino en su doble condición de fragilidad y potencia. El BP asume la precariedad como campo de juego de la época y construye ahí (un mundo de sentido, una institución, un programa de estudio, condiciones para estudiar y aprender, etc.). Es una institucionalidad permeable, no cerrada, al campo de juego de la época, a sus novedades, sus “mutaciones” y condiciones reales y materiales. Como tampoco se cierra a la fragilidad, al andar con cuidado, a la obligación de pensar todo sin recetas fijas sino poniendo al máximo la capacidad de innovación y experimentación. Sin embargo, no es algo “provisorio hasta que vuelva o se arregle la escuela pública”, sino que es una construcción y una apuesta firme. Una realidad que llegó para quedarse.
A su vez, y pensando desde la idea de Currículum Oculto, nos preguntamos ¿Qué usos hace el Estado de los BP? Por un lado los piensa como paliativos, o cómo necesarios soportes del desfondamiento de la escuela tradicional,  pero también se encuentra en ellos con un “recurso humano” sumamente potente; por la politicidad de quienes lo gestionan (con la consecuente disponibilidad anímica y corporal), por la creatividad, por el laburo no rentado o que nunca va a poder ser rentado bajo la forma salarial tradicional.  Esta situación habla quizás de la mutación del Estado en las últimas décadas. No nos interesa plantear la cuestión en términos de un Estado malo que funciona explotando los saberes sociales, pero si podemos pensar esta situación como una condición de época; ¿Estado o Instituciones estatales cínicas quizás? En la retorica estatal actual, se pueden mencionar el éxito en la entrega de computadoras, el aumento de la matrícula escolar, la vuelta del Estado en la construcción de escuelas, etc. Pero sin enunciar que estos discursos descansan -en gran medida- en la materialidad de instancias como los Bachilleratos Populares o las Escuelas de Gestión Social…y en los cuerpos, deseos, fuerzas, saberes, y datos sensibles de los pibes y pibas o adultos que cotidianamente los sostienen. El estado necesita la mezcla –potente por su multiformidad, y problemática-  de trabajo, compromiso, apostolado, militancia, apuesta política, ganas sin más, que porta en sus nervios cualquiera que dedica tiempo a los BP…

Y otra pregunta se desprende y queda circulando, ¿Cómo valora un estudiante de un BP la formación que recibe?, ¿Hace únicamente un uso instrumental del espacio “voy ahí porque es piola, o porque le ponen onda, o porque me queda cerca y es más fácil”?, ¿O hay composición, gestión compartida del lugar, “participación”?
Si el docente de un BP no es únicamente docente –en su forma clásica-, si el Bachillerato no es únicamente reemplazo de la Escuela, tampoco el estudiante que asiste es únicamente estudiante. Más que los contenidos, o quizás a la par, estas cuestiones constituyen una tarea pedagógica necesaria…

¿Qué estrategias desplegamos para no reproducir únicamente la forma de la escuela?, ¿Cómo gestionar los cuerpos, los ánimos, los deseos de los que asisten sin caer en el formateo de cuerpos que realiza lo escolar?, ¿Cómo logramos la atención de los pibxs o adultxs?, ¿Cómo crear un orden distinto a la disciplina escolar tradicional?, ¿Cómo experimentar en estos espacios si en muchas ocasiones los estudiantes habitan un bachillerato popular con la lógica de un aula de escuela?

Ambigüedad del Currículum Oculto. Por un lado está formado por los saberes, informaciones que fuimos forjando en nuestra vida y que nos ayudan no solo a sobrevivir sino también a armarnos de un proyecto de vida, y también a aguantar y soportar los garrones cotidianos… Pero también el CO es aquello de lo que se agarran los empleadores y usan “en nuestra contra”. Te pago menos y te doy cincuenta trámites más, total sé que vos sabrás cómo manejarte, que vas a poder andar a mil en una moto, porque eso “lo sabés”, que vas a desplegar tus “tácticas” de aguante con otro cadete y que se van a hacer la segunda… Y todo esto no entra en el recibo de sueldo, obvio. He aquí cómo el currículum oculto se lee desde el punto de vista de la explotación.

Por otro lado, desde este lado, el currículum oculto como las informaciones sensibles de la época y de la forma de vida que llevamos, también tiene sus puntos oscuros: hoy no están a nuestro alcance muchas formas organizativas y de lucha que en otros momentos funcionaban (saber organizar una huelga, armar una comisión interna en un lugar de trabajo, armar una negociación colectiva, pararse de cierta manera frente a los jefes)… Y eso es algo que también los empleadores “saben” y utilizan a su favor.
Es decir, planteamos hoy, visibilizamos, problematizamos, la presencia y actualidad de un Currículum Oculto muy complejo, que juega a favor y en contra, que es usado por nosotros y por quienes nos convocan para un laburo, que nos salva y que nos condena… Imposible, para nosotros, escapar a esta compleja realidad a la hora de pensar y activar cuando se habla de Trabajo.

Mundo laboral. La pregunta es cómo partir de esta materialidad a la hora de pensar de manera copada y potente qué podemos hacer con el mundo laboral, cómo podemos transitarlo sin desgastarnos ahí, cómo buscarle la vuelta y que trabajar sea menos garrón de lo que es, cómo tratar de que reconozcan todo lo “no-laboral” que un patrón nos pide (la “buena onda”, la sonrisa institucional, la predisposición full time, que le “prestemos” a la tarea laboral muchas de nuestras habilidades y formas que creamos en nuestro “tiempo libre”…).
Asumiendo este piso es que planteamos la necesidad de re-pensar el Trabajo, pero también las formas organizativas: sindicatos, movidas para defender los laburos, maneras nuevas de trabajar (cooperativas, grupos de laburo) y también nuevas formas de formarse y aprender (Escuelas de oficios, bachilleratos populares, cursos de formación, etc.).

jueves, 13 de septiembre de 2012

Cuando gatillar es fácil


 

"Lo mataron de una puñalada en el corazón... fueron los pibes de allá... bah no sé... era un gil... tenía 16 creo... mejor que lo mataron, sino lo mataba yo...” “–Se cagaron a tiros, murieron tres pibes... creo que alguno era de acá, pero no sé... no podía salir a la calle... –¿Qué pasó? –Fueron a comprar y se encontraron justo, ya estaba todo mal entre estos pibes... Era un atrevido ese... Hace ya dos semanas que se encuentran y se cascotean...” “–¿Pero sabés a quién mataron?... –A alguno, no sé... que se maten entre ellos, vos qué te metés.”
Charlábamos con unos amigos en Don Orione una mañana... Secuencias de muertes que quedan debajo de nuestros registros, muertes que pasan, muertes que no importan, muertes de enfrentamientos entre pibes, entre bandas de diferentes barrios. El gatillo fácil a veces no es exclusivo de la yuta. El gatillo es fácil cuando se rompen códigos que nos contengan.
De este modo íbamos viendo que cuando la muerte aparece como fija en el barrio, como noticias que pasan así nomás sin pestañar, esos tics de lo escalofriante, se nos vuelve indiferente. Y no es gratis este movimiento. Si la vida del que comparte con vos una forma de moverte, de andar por el barrio, se vuelve indiferente, necesariamente tu vida entra también dentro de lo descartable; una fija. Entonces cualquier muerte se justifica, y justifica cualquier otra muerte más en el barrio, o en el barrio de al lado, o en el de más allá...
La charla seguía, y se hacía muy difícil armar un discurso en común acerca de las muertes que se sucedían en el barrio. Faltaban imágenes y palabras para lo que iba apareciendo. O se producía una distancia pesada con lo sucedido, legitimando la repetida justificación policial del ajuste de cuentas, en un tenebroso que se maten entre ellos; o la opción era rendirse a una fatalidad indiscutible, natural: “cuando salís sabes que podés no volver”. Difícilmente se podía poner en cuestión esa naturalidad ante la noticia de que aquel que ayer estaba, hoy no está. Lo que era claro era que estas muertes parecían no importar, que pasaban como fija: cualquiera podía morir de cualquier forma... El paisaje de fondo de la charla, de las noticias de violencia y de casos de muertes en Don Orione es siempre una mirada que se activa todo el tiempo entre los vecinos, los que pasan por ahí y se enteran, y hasta entre los amigos y familiares del pibe asesinado... una mirada que deja escapar un “algo habrá hecho” o un “por algo será” y que cubre todo de aceptación, justificación.
La ecuación es: pibe chorro = vida que no importa. Y esa mirada entonces se vuelve el único modo de entender y captar los desbordes en el barrio, más allá que después todos nos enteremos de que la mayoría de las muertes no sólo respondan a la “inseguridad” o a la “violencia entre bandas”, sino que incluyen muchos desbordes sentimentales (peleas de parejas, familiares, entre amigos) o choques y roces contingentes, azarosos (peleas por un vuelto, o por estar secos). Da igual: la mirada criminalizadora se activa como única lectura y cierra el proceso de pensar la muerte. “Seguro que era chorro”.
Todo se traba en este punto. Los silencios, la vergüenza, la impotencia de no poder ir más allá de estas sentencias, incluso en los mismos pibes y pibas que comentan un nuevo caso de muerte barrial... Se corta cualquier movida de pensar la violencia en el barrio, activar otra mirada, conjurarla, volverla un problema de todos, hacer algo con eso. La muerte como fija es un mecanismo que actúa al interior de los cuerpos, los gestos, los modos de plantarse y andar por los barrios: es una forma de leer las vidas y lo que ellas significan, donde la muerte se vuelve un destino posible, o inevitable, con el que cargan algunos. Una pantalla de juego donde la indiferencia o la aceptación aparece tapando todo, como si fuera una anestesia necesaria para andar en este juego... Pero si no podemos pensar la muerte de un amigo, un conocido, un pibe del barrio, esa violencia permanecerá latiendo, crujiendo entre nosotros, desarmando códigos.
Con la muerte como fija, el “A mi no me importa morir”, que puede ser o pudo haber sido un gesto potente (desafiante, de aguante, de plantarse) cambia de sentido y se desplaza libremente por el barrio, incapaz de hacerle frente a esos “seguro que era chorro” o “qué te importa, seguro en algo raro andaba”. Y en esa secuencia, lo que queda en riesgo son las maneras de relacionarse y de andar por la calle, de hacer banda. Algo importante se juega en el acto de gatillar o andar calzado, en las muertes y peleas entre bandas... hay vidas que cargan con el riesgo, que llevan la muerte como fija en sus espaldas... algo hay que hacer con eso, decían o callaban los pibes de Don Orione esa mañana tan común como las demás.

(Dibujo de: Hombre Kerosen)

jueves, 23 de agosto de 2012


Amigos y amigas, he aquí el anuncio del lanzamiento del blog-revista de pensamiento futbolero De pies a Cabeza. A sabiendas de que una de las vidas del Colectivo Juguetes Perdidos está perdidamente futbolizada (estamos convencidos que sin fútbol la vida sería un error) le damos otra vuelta al berretín. Junto a varios y grandes amigos pensadores de la pelotita, estamos participando de este proyecto que en estos días disputa su primer partido...

EL PENSAMIENTO FUTBOLERO ES UNA FIESTA DE LOS MUSCULOS.

































En este número:
Nuestro único héroe en este lío.
Canterogate: investigación del colectivo editorial De pies a cabeza. Arrojamos piedras a lo obvio. La vuelta de la política y de la familia. ¿Normalización del desborde tribunero? Barras y héroes, socios e hinchas, violencia y fiesta.
Vestuario manda. Nuevo protagonismo jugadoril.
Nos hacemos eco de un secreto a voces, ¿cómo es eso de que en el vestuario hoy mandan los jugadores? Códigos, directores técnicos nostálgicos y pibes nuevos que ya no son lo que eran, ¿qué enunciados inter-generacionales resuenan?

martes, 19 de junio de 2012

Mientras haya luces en el próximo bar

"Frotándose los ojos para ver más lejos,
aunque no quede nada por mirar.
Charlas y gestos que se muerden la cola (…)
Y al tipo el mundo le importa tres cuernos
mientras haya luces en el próximo bar."

Es sábado a la noche. Es el día y el horario que siempre robamos para la creación de anécdotas. Esta noche no parece ser la excepción. En el bar hay amigos, hay conocidos, hay desconocidos, hay un buen clima (de amistad y encuentro). Estamos un poco nerviosos y/o ansiosos; presentamos el libro en Quilmes y no tenemos certezas de lo que será. Siempre hablamos de la incomodidad que nos provoca presentarnos, sobre todo por el cierre y la identificación que conlleva, pero también la presentación implica presencia, corporalidad, vitalidad. Salimos a la cancha acompañados por unas birras, videíto, charla presentación, lectura de fragmentos del texto, amigas y amigos que actúan y recitan, nuevo videíto…y antes del final musical, un nuevo ofrecimiento; ¿Alguien quiere hacer una pregunta o comentario? La pregunta que no tenía nada de inocente, buscaba interpelar…y parece que lo logró…fue fiesta de los músculos nomás.


Escuché todo lo que dijeron, pero no me proponen nada nuevo…Todos lugares comunes…hablan de lo nuevo, pero ¿donde está lo nuevo?, me aburren…
Acá no venimos a divertirnos…esto no es Tinelli...
Los intercambios suben de tono, pedís lo nuevo, pero no podés negar el pasado…
Ellos no te están ofreciendo un manual de autoayuda…
Soluciones pedile al Estado!!!
Loco, anda a leer el libro…
Ya leí muchos libros…Pero este te va a ayudar…jaja.


Un don se inquieta y pide la palabra, hablan mucho de los jóvenes, pero también tienen que estar los más viejos… ¿Trasvasamiento generacional? No, mejor la cita secreta entre generaciones… No creemos mucho en los respetos a priori (sea para los viejos o para los jóvenes), acá esta todo revuelto. El respeto hay que ganárselo…
Sí, igual no hablamos de pibes o de jóvenes únicamente por una cuestión de edad. De hecho, hay pibes-viejos, y viejos-pibes. Sí, bueno, pero tampoco nos la creemos del todo…

Vemos a los amigos y amigas que se inquietan por algunas irrupciones con el tono del cachivache… (¿Se pudrirá?). Nosotros nos miramos cómplices, sentimos alegría…está pasando algo. No hay celebración, hay problematización. No hay comentarios vagos, hay preguntas urgentes, de esas que tienen como combustible las afecciones vitales. Esas que más que enunciarse se eyectan. Habilitamos un espacio para que algo suceda. Teníamos la intención de dejarnos afectar, de ver qué onda. Pero nada más. Todo lo que vino después fue gratis. Los textos pegan, las palabras también…


La pregunta que se hace carne ¿Cómo parir otra forma de vida?, ¿Cómo recuperar –y valorar- los agites viejos, pero largándolos para encarar las necesarias nuevas apuestas? Había en la noche algo generacional que se palpaba. La inquietud es cuerpo, se percibe en los rostros, en las poses, en la forma de mirar y hablar…Algo se abrió, el silencio potente que ya no es, pero tampoco deviene ruido; circulan voces polifónicas, verdadero diálogo creador de acontecimientos. Y eso que puede haber sonado lejano deviene cuerpos, ¿Para que un libro?, Un libro es excusa, un libro como testimonio de los agites, pero también como intención de inventar un mañana.


Mini-charlas, resonancias, preguntas que quedan flotando en la atmosfera, ¿Del agite surgirán nuevas imágenes para la vida? (Después de todo, ¿Quién nos quita lo agitado?). La ausencia de imágenes que se plieguen a nuestras formas de vida, la constatación amarga, pero potente, de que las imágenes sociales heredadas están sulfatadas (sobre la familia, el laburo, los futuros posibles, las relaciones de pareja, la muerte), pero que -¿por inercia, comodidad, impotencia, cinismo?- siguen funcionando, pero sin bancarse inquietudes serias (de esas que vivimos el sábado…).


Esta noche de sábado está encantadora, una noche que se escapa a los estereotipos. No tira un salto mortal, amaga con saltar a otros modos de vida… ¿Amague nomás? Quizás, pero que deja estelas en el aire. Embriagados sí, pero esta vez, no solo por escavios.


¿Qué es agitarla, entonces?


Agitarla es exagerar lo vivido, re-crearlo en palabras, en gestos, en las intensidades de las voces, en posturas corporales… potenciar lo que nos pasa… hacerlo anécdota y volverlo acontecimiento.


Y sí. La noche como anécdota. Algo late, algo vive, mientras haya luces en el próximo bar…

Por atrevidos...




lunes, 21 de mayo de 2012


Amaycha 

El miércoles pasado (16/05) nos juntamos con la gente del Bachillerato Popular Amaycha, en Hudson, que nos invitaron a formar parte de una jornada sobre el 1º de Mayo para que pensemos entre todos distintas problemáticas en torno al trabajo y cómo fue cambiando la forma de trabajar a lo largo del tiempo. Nosotros venimos laburando el tema hace un tiempo, y qué mejor que poder discutir y seguir profundizando algunas ideas con los docentes y alumnos del Bachi de Hudson.
Luego de una historización sobre el 1° de Mayo, y algunas indagaciones sobre qué entendemos por trabajo hoy, se nos dio pie para plantear algunas hipótesis sobre la actualidad del trabajo y el mundo laboral desde una perspectiva generacional. Partimos de la base y la certeza de que ¡trabajar es un garrón! El empleo ya no se conforma como el ordenador social exclusivo de nuestra vida y de nuestro tiempo. La mayoría de las veces no nos otorga una identidad, ni tampoco accedemos a un reconocimiento social en base al trabajo, sino que más bien hoy en día se reconocen otros signos (principalmente los del consumo). Lo principal es la puta guita. De ahí la pregunta ¿Cuánto soportamos por la puta guita?
Por otro lado, fue muy rico poder abrir la idea del currículum oculto. Hay algo que se requiere de nosotros en el ámbito laboral y no se hace explícito. Se trata de nuestras formas de vida, nuestras subjetividades, información vital que elaboramos para movernos en los terrenos sociales actuales. Todo esto nunca es dejado de lado a la hora de trabajar y, he aquí la paradoja, tampoco lo dejan de lado quienes nos emplean. La intención es desplegar y problematizar esta figura del C.O., su carácter ambiguo, lo que tiene de potente y de frágil, cómo se usa (para la explotación laboral, para la desidia propia, etc. pero también para armar lazos en laburos precarios, para volverlos un tanto mejores, para plantarse y hacer algo distinto en ese mundo del garrón laboral).
También, y aprovechando el contexto de la invitación, se planteó el surgimiento de nuevas formas institucionales, nuevas formas pedagógicas materializadas en los Bachilleratos Populares. A diferencia de lo que significaban los colegios industriales y su conexión directa con el trabajo fabril, los bachilleratos plantean nuevas formas de adaptación a la época, una mayor sensibilidad para conectar con las formas de vida actuales. El currículum oculto también se va armando en estas novedosas instituciones.
¿Hasta dónde llegamos si nos ponemos a pensar el trabajo desde su fragmentación? (¿Desde el mundo del pos-trabajo?). La vuelta del trabajo descansa en las mil partes de su despedazamiento, los personajes y los berretines no tardan en desbordar enunciados y certezas hechos en otra parte: el gil trabajador, el gato del plan, el subsidiado, el vago, el rocho, las mantenidas, los profes… todos bailamos por la puta guita… Al aula entera nos conmovía e inquietaba la pregunta, ¿y cuánto soportamos por esa guita?
Las movidas como estas son potentes e invitan a pensarlas en su ambigüedad, en sus grises, en sus balbuceos, en los rostros que miran desconfiados o cansados o aburridos o conectados, en las respuestas previamente masticadas en otro lado, o en aquellas viscerales (“¿Qué es trabajar?”... “Mulear!!!”)… Diálogos fallidos o complicidades inesperadas, ideas y frases atropelladas que se hacen cuerpo (fuerzas) o que caen en el vacío. Interesante, viva, lúcida… pensar desde la ambigüedad es lo contrario a pensar desde la tibieza o la no-afección. Como siempre, se piensa –se escribe, se vive- desde lo que moviliza y pega (no conocemos otro modo de hacerlo), se busca la onda (que nunca es un a priori, siempre es un puede ser o un quizás); se da la onda o no; y listo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Notas sobre el acontecimiento de Once.

1.Una secuencia del horror. El plano televisivo muestra ambulancias de SAME, policías, cuerpos en camillas, movileros, bomberos… La silueta de la imagen de la “tragedia” de Once se recorta sobre el fondo del recordatorio urbano de Cromañón. Y el fuera de foco –o el trasfondo de todas las imágenes– es la precariedad. Nuevamente un videograph al que nos acostumbramos: muerte en la ciudad.
Muertes que hacen crujir la pantalla y hacen visible la raíz precaria de toda vida que se despliega en la urbe…
No es casualidad la cercanía física de los dos acontecimientos; Once es una de las arterias de ingreso al circuito urbano. Es uno de los pasos de frontera a la ciudad. Los muertos de la estación –como la mayoría de los pibes de Cromañón- provienen del conurbano, de barrios, localidades, ciudades de residencia que se vuelven camas para descansar unas horas y volver a gastarse en la ciudad. La urbe demanda la energía corporal y psíquica de cuerpos (laburantes pibes y viejos, doñas y estudiantes, cazadores del dinero diario…) para alimentar los circuitos del trabajo y el consumo. Once es un nodo de la precariedad, un punto sensible atravesado por nervios a flor de piel, cuerpos a todo ritmo y ánimos agotados…
A la ciudad vamos a trabajar, a estudiar, a consumir… y también a morir.