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sábado, 31 de diciembre de 2011
viernes, 30 de diciembre de 2011
Donde hay dolor, habrá canciones...
Las muertes que arrastraron una forma de estar juntos, aquellas que se llevaron vidas que estaban llenas de amigos, de barrios, de apuestas y gestos colectivos, merecen ser nombradas y recordadas también colectivamente.
¿Cómo mantener latente un pedido de justicia, pero una justicia que, infinita, sea expresión de nuestras formas de vivir y recordar, de nuestros rituales ante el dolor, de nuestros recorridos, cuerpos, imágenes, alegrías… una justicia propia (no únicamente judicial y reparatoria) en donde resuenen todas nuestras canciones…?
Nos llenamos de dolor cuando las muertes caen en la indiferencia social o sólo son toleradas y visibilizadas a través de la figura de la víctima. También cuando en los actos y reclamos públicos de justicia y de memoria no aparecen –o no participan- otros nosotros: los otros cientos que estábamos en Cromañón y los que no estábamos ahí esa noche, los amigos de los que fueron, los amigos de los amigos…
¿Pero, por qué no nos encontramos en esos homenajes…? ¿Por qué no nos vemos todos allí? ¿Por qué la maquinaria del reclamo y del recuerdo queda atrapada en imágenes, palabras y rituales que nos son ajenos?
¿Y por qué, por fin, no inventamos nuestras propias formas del recuerdo, de la memoria, del reclamo o la visibilidad social de la tragedia?.
martes, 13 de diciembre de 2011
Presentamos Por Atrevidos
MAPA DEL DELIRIO
(en el país de los DDHH)
El jueves 15 de diciembre, a partir de las 19 hs y hasta que se apaguen las brazas de la parrilla, vamos a construir, en vivo, en directo y con todo aquel que se acerque, una instalación sobre el accionar represiva durante los últimos diez años en nuestra ciudad.
En el marco de las jornadas A diez años de 2001, el salón principal de la vieja Cazona de Flores (Morón 2453) será convertido en una maqueta gigante del conurbano y la capital.En el piso y las paredes se instalarán todo tipo de materiales (información, sonidos, imágenes, ideas, luces, audiovisuales) para dar cuenta de un conjunto de muertes acontecidas entre el 2001 y el 2011, producto de la violencia estatal y civil. Algunas de esos asesinatos tuvieron amplia difusión y alteraron la realidad social. Otros apenas fueron audibles, apenas fueron visibles. ¿Por qué tanta diferencia? ¿Qué cuerpos, según cuales coordenadas temporales, en qué territorios?
Guillermo Mamani Decir que la década comienza en el 2001 es el punto de partida de estas jornadas, pero no por ello se trata de algo evidente u obvio. Proponemos, de hecho, comenzar este recorrido en enero de ese año y no el 19 y 20 de diciembre, como habitualmente se hace. El 10 de enero Marcelina Meneses y su hijo Josuá fueron arrojados a las vías del tren por un grupo de obreros que la acusaron de sacarles el trabajo a los argentinos. La mayoría de nosotros nos enteramos de esta historia hace muy poco, mientras preparábamos este Mapa del Delirio Represivo, gracias a Guillermo Mamani, director del periódico Renacer, desde donde siguieron el caso a lo largo de estos años. La pregunta que nos hacemos y que quisiéramos formularle a él, para compartir entre todos, es por qué hay muertes que se tornan públicas, que interpelan y conmueven a la sociedad, que son escuchadas por la justicia; y hay otras muertes que no repercuten, que quedan encajonadas en un cono de silencio, y que parecieran no afectar a las mayorías. Y sobre todo, ¿cómo se desarma este mecanismo de invisibilización?
Los organismos de Derechos Humanos y los dos gobiernos kirchneristas establecieron durante la última década una sólida alianza. Vale la pena señalar tres avances significativos en la materia: la reapertura de los juicios contra los genocidas, el establecimiento de una versión histórica claramente favorable a las víctimas y los luchadores del pasado, y la voluntad del estado nacional de no reprimir la protesta social en el presente. Sin embargo, y al mismo tiempo, sentimos que la potencia política de los Derechos Humanos se ha agotado. Las dinámicas represivas que recaen sobre los migrantes, los jóvenes de las periferias y las poblaciones pobres, no logran ser eficazmente nombradas por el discurso de los Derechos y las articulaciones institucionales creadas para garantizarlos. Los violentos ataques contra la naturaleza y los bienes comunes, para satisfacer el consumismo humano, ni siquiera son problematizados.
De Cromañon a Rubén Carballo o a los pibes asesinados en Bariloche, muertes que arrastran formas de vida y modos de estar-juntos. Muertes que caen en la indiferencia social o que son toleradas y visibilizadas a través de la figura de la víctima. Padres y madres reclaman públicamente justicia…¿Qué sería exigir justicia frente a estas muertes?, ¿Cómo evitar que los pedidos de justicia mueran en las retoricas del derecho?, ¿Por qué no nos sentimos cómodos con las imágenes de justicia que circulan en la sociedad (únicamente en clave reparatoria)?, ¿Qué imágenes de justicia podemos crear que sean fieles a los modos de vida de los muertos?, ¿Politizar estas muertes que aparecen como no-políticas es hacer justicia?, ¿Cómo y qué sería ir más allá del reconocimiento y la visibilización de las “vidas que no importan”?, ¿Por qué en los reclamos públicos de justicia aparecen los familiares y no aparecen –o no participan…- otros nosotros?, ¿Cómo politizar el dolor y la perplejidad ante estas muertes desfondando la figura de la víctima..?, ¿Qué sería exigir justicia en nombre de los atrevidos?....
Jueves 15 de diciembre
Desde las 19 hs
En la Cazona de Flores - Morón 2453