Los
Movimientos de Trabajadores Ocupados o la VidaMula pusieron un
Presidente. “¿Por qué no reacciona el pueblo al ajuste?”,
“¿por qué tanta pasividad?”, “¡el consumo para todos provocó
este giro a la derecha de la sociedad!”... Interrogantes y
enunciados que hablan más de un sistema de expectativas Políticas
extemporáneo –y de un lenguaje deshabitado hace rato de cuerpos y
deseos sociales– que de lo que realmente sucede; el pueblo
lucha y está híper-movilizado, los nuevos barrios están mutando
constantemente (nada más lejano a las imágenes de quietud), si todo
no estaría híper-movilizado y en continuo desplazamiento y tensión
no hubiera ganado Cambiemos. La Vida Mula implica beneficios con
lucha permanente; lucha por sostener las vidas sobre la
línea de flotación de la precariedad totalitaria; luchitas pequeñas
de todos los meses, de todos los días, de cada mañana, de cada
regreso al hogar estallado, luchitas que van cansando a los cuerpos,
luchitas imperceptibles para cierto lenguaje político, pero luchitas
que insumen cantidades inmensas de combustible psico-físico,
luchitas por gestionar los rejuntes (en el barrio, en la familia, en
el laburo), luchitas (muchas) con el engorrarse como actividad
fundante para sostener ciertos umbrales de consumo y, sobre todo, de
tranquilidad...
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viernes, 25 de marzo de 2016
lunes, 21 de marzo de 2016
Tres preguntas al Colectivo Juguetes Perdidos...
(Entrevista realizada por la revista Nuevos Trapos, marzo de 2016)
http://www.nuevostrapos.com.ar/
http://www.nuevostrapos.com.ar/
NT: Hace tiempo que, a través de textos y entrevistas, vienen insistiendo en la necesidad de volver la mirada hacia los “modos de vida”. De hecho -señalaban hace poco- el escenario social frente al que nos encontramos hoy es el resultado de una “derrota vital antes que (macro)política”. Queríamos arrancar preguntándoles qué entienden por modos de vida y qué es lo que se abre cuando se piensa en esos términos.
Hablamos de una derrota existencial, o derrota vital, “antes” que macropolítica, o como condición para que ésta suceda. Falta de inyección vital, experimentaciones frustradas, cierres de las posibilidades al interior de cada vida… eran algunas señales que aparecieron los últimos años que hablaban de un enfriamiento vital, caldo de cultivo (junto a otras dinámicas) del actual escenario político y social. Empezar a pensar (y pararse ante lo que pasa) por este lado, nos saca de un plano puramente ideológico, de “toma de posiciones”, de posturas que cierran bien a un nivel discursivo o imaginario, o de principios, pero que poco entran en juego con la vida, con las maneras de vivir, con el hábito, con los afectos, con las alianzas vitales que vas tejiendo, con las disputas efectivas en las que estás metido (disputas no sólo a nivel material, económico, político, de relaciones de fuerza, sino también disputas a nivel de laintensidad, de las ganas, de cómo valorizás tu vida).